La alta sensibilidad es un rasgo de personalidad presente aproximadamente en alrededor de un 20% de la población. Supone una mayor sensibilidad emocional y mayor reactividad en el sistema nervioso central.

Pese a que este concepto lleva siendo estudiado desde mediados del siglo XX, no ha sido hasta la década de los 90 cuando se ha comenzado a popularizar, gracias a los estudios e investigaciones de la psicóloga norteamericana Elaine Aron, quién acuñó el término PAS, personas altamente sensibles, y NAS, niños altamente sensibles.

Según ella, las personas altamente sensibles reúnen al menos cuatro características:

  • Profundidad de procesamiento

Estas personas suelen dar vueltas y vueltas a una misma idea. Antes de tomar una decisión, piensan mucho en las consecuencias, evalúan posibles escenarios y en función de estos, actúan de manera muy meditada. No suelen dejar mucho a la suerte. 

  • Gran emocionalidad y empatía

Las PAS manifiestan una gran intensidad emocional en cada una de las emociones. Son buenos identificándolas y las viven de manera muy intensa. 

Son personas que deben trabajar mucho la estabilidad y la autoregulación porque para ellos es sencillo llegar a desbordarse. 

También son personas altamente empáticas. Tienen un gran sentido de la justicia y no suelen saber dejar de lado los problemas de quienes les rodean. 

  • Sensibilidad ante las sutilezas

Muchas sensaciones o sutilezas que pasan desapercibidas ante los ojos de otra persona, las PAS las perciben. Hablamos de texturas, olores, sabores, sonidos,... Son capaces de percibir detalles que otros no pueden. Sus sentidos están mucho más definidos y necesitan más estímulos que los de los demás.

  • Sobre estimulación

Esta característica va a venir motivada por la suma de las otras tres. Las PAS pueden llegar a saturarse y sobre estimularse por el exceso de información y el procesamiento profundo que llevan a cabo de ésta.

El mundo es mucho más profundo, mucho más complejo y lleno de detalles para ellos que para el resto. Y teniendo en cuenta cómo prestan atención a todos estos detalles, es muy sencillo que lleguen a saturarse.

Además de estas cuatro características, que según Elaine Aron comparten todas las PAS, algunas de estas personas pueden ser muy intuitivas, otras pueden disfrutar especialmente de la soledad, o de lugares apacibles, no sintiéndose muy cómodas en ambientes donde hay mucha carga lumínica o sonora.

¿Qué hago si mi hijo es PAS?

Si tu hijo es un niño de alta sensibilidad, lo primero que debes saber es que no debe ser un motivo de preocupación en absoluto para ti. 

Una alta sensibilidad bien entendida es un verdadero don. 

El hecho de captar tantos estímulos de una manera tan profunda es perfecto para desarrollar capacidades artísticas y una creatividad innata.

El ser tan empáticos les convierte en personas especialmente bien adaptadas para vivir en sociedad. Pueden convertirse en seres humanos compasivos, justos y benévolos.

Además, suelen ser personas muy despiertas y atentas, especialmente curiosas. Esto es perfecto porque siempre estarán deseosas de aprender sobre nuevos campos o profundizar en aquellos que les interesan. Por este motivo, y por el grado de perfeccionismo y atención al detalle que muestran, normalmente son buenos estudiantes y grandes emprendedores.

En resumen, como todo niño, un niño de alta sensibilidad necesita ser acompañado en sus emociones en el grado en que éstas lo requieren por sus padres y por su entorno. De esta forma, su alta sensibilidad no será un obstáculo, sino que será eso que le hace especial y que podrá aprovechar para desarrollar todo su potencial.

 

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